Identidad Ausente:»Pégame pero no me dejes..» Tu Autoestima destruída
Muchas veces nos encontramos en tal situación de violencia instalada y dominante de parte del abusador, que paso a paso vamos destrozando nuestra personalidad, nuestros valores. Quedamos atadas y «ciegas», tanto que llegamos a decir frases como «no importa si me empuja o me pega, no quiero que me deje..», esto es totalmente triste y da fe de una mujer devastada.
«Aquella noche de sábado, El apareció con sus amigos en casa, sin avisarme sin consultarme. Nuestro bebé tenía que dormir pero ese griterío lo despertaba. El quizo que cocinara para todos, era tarde, pero no le importaba, en una hora aproximada estaban comiendo unas simples pizzas, y yo estaba agotada.En sus conversaciones con sus amigos me rebajaba, criticaba la comida, casi no podía decir palabra porque El me trataba de ignorante y estúpida. Nuestro hijo lloraba pues quería dormir, pero El me gritaba que callara al niño que lo atendiera, El no se dignó a ver cómo estaba su hijo. Pasaron unas horas, eran las 4 de madrugada y salía de casa con sus amigos, en realidad salía El también con ellos, y le pregunté si volvía pronto, pero me insultó y con su cara de odio me dijo que me calle.Golpeó la puerta y salió. Pasaron horas, yo no dormía bien, me despertaba cada media hora sobresaltada, nerviosa y con miedo, quería que volviera y a la vez temía que me pegara o me empujara porque no le gustaba que le pregunte nada… Era ya de día, había sol, cuando me desperté asustada por el golpe de la puerta: había llegado. Vino hasta la cama y se me acercó, olía a alcohol, me agarró del brazo y me llevó casi arrastrando al comedor, me empujó contra la pared y me agarró del cuello, insultándome y gritando que no lo controle, que El volvía cuando quería, que nunca más le pregunte delante de sus amigos.., mientras me gritaba con su cara pegada a la mía ya me estaba ahogando, me soltó, y volvió a empujarme contra la pared…»estúpida, basura!, no me jodas más!»…me dijo, y se fue a dormir. Yo me quedé llorando sentada en el piso, mi hijito despertó y fui rápido a calmarlo para que no lo despierte a El y volviera a empujarme…porque en definitiva yo quería seguir a su lado…»
Probablemente te sientas identificada con este relato, donde tristemente podemos ver a una mujer ya dependiente, esclavizada, menospreciada, con miedo y con sus valores como persona ausentes.
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Los mecanismos por los que los hombres abusadores ejercen control, están muy relacionados con la reducción de la autoestima, la pérdida de identidad, la disminución de la integridad física de la mujer, y una depresión que va debilitando y destruyendo las esperanzas en la mujer. En este estado la mujer pierde capacidades personales y la invalida para enfrentar al abusador.
Al debilitarse la autoestima es fácil creer que probablemente «merecemos el maltrato» , que «somos un fracaso» y que casi no valemos nada. La degradación, el aislamiento y la «cosificación» que experimenta la mujer, a su vez la convence de que tiene poco valor.
Tal es que , como vemos en el relato arriba citado, la autoestima queda destrozada. El sentimiento de desvalorización producto del abuso, refuerza la creencia de la mujer en que debe aceptar ese abuso. Y muchas veces el abuso mismo provoca respuestas psicológicas que permiten a su pareja continuar o empeorar estos abusos, tales como el abuso físico que destruyen la autoestima y contribuyen en muchos casos, a mantener esa relación perversa.
La reducción de la autoestima deja paso al abusador para ejercer más control. También la pérdida de identidad, la discapacidad física y la depresión son elementos que el abusador utilizará a su favor.
Socavando tu autoestima por tu pareja abusadora, también se produce progresivamente la pérdida de identidad. La constante degradación, maltratos psicológicos y físicos, hunden a la mujer en un abismo en el cual ya no puede identificar quién es. Esta mujer queda más imposibilitada aún ante el maltratador.
Así para poder pensar en encarar una vida independiente de su pareja, tiene que apoyarse en sus habilidades y talentos que forman parte de su personalidad, pero la mujer tan maltratada ya no tiene más acceso a estos recursos, ya que también se pisoteó su identidad y creen carecer de tales destrezas y capacidades. Este proceso se da en forma sutil y con el tiempo, y la mujer suele sentirse muy confundida e inseguras.
Todas estas formas de abuso de poder, se dan en esta red de terror de violencia emocional que padece la mujer maltratada con el paso del tiempo junto a su pareja abusadora.
Lógicamente, repito, es fundamental «ver» reconocer la violencia emocional desde los inicios, y así poner un freno, fijar pautas, ver que se cumplan, o bien terminar la relación. Sin embargo estando ya sumergida en esta situación, busca ayuda legal, judicial, asistencia social, donde estés, no calles, despierta porque no puedes seguir destrozando aún más tus valores, tu vida.
mientras, poco a poco, despierta! y comienza a darte valor, practica tranquila:
Aprender a decir NO. Poner límites, no hacer todo “para agradar”, o hacer cosas que no puedes o que van en contra de tus fuerzas.
Llenar tu mente de cosas positivas.
No te autoreproches, ni critiques, no te hagas responsable por agradarle.
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